¿Quien soy?
Mario Huete Hernández
Nacido en Madrid el 16 de Diciembre de 1993, con residencia habitual en Getafe.
Jugador profesional de Pádel diestro con localización de juego en el revés.
Padre de dos hijos Chloe y Oliver.
Mi vida practicamente ha estado ligada a una raqueta en la mano, con solo 3 años pasaba los días en la acera de enfrente de mi casa jugando al tenis con mi padre, hasta que con 4 años empezaría a jugar en una escuela de Tenis.
He ido pasando por diferentes clubs hasta acabar en la Caja mágica y pasar de entrenar a impartir yo las clases. Siempre ha destacado mi fuerza con la que sacaba en el Tenis, siempre los records de la caja mágica en velocidad eran míos. Llegué a alcanzar un saque a 246h.
Pero con 17 años, empecé a tener curiosidad por este deporte que ahora es una parte tan importante de mi vida. Comencé con los típicos torneos de fines de semana, hasta que decidí entrenar y empezar a formarme más a fondo.
Con 23 años pasaría por el altar con la persona que hoy en día es unos de los pilares más importantes en mi vida, la que diría que es mi fan número 1, la que siempre está al pie del cañon para levantarme si me caigo, para darme esas fuerzas que en los días malos uno tanto necesita, y para llorar esas alegrías que me está empezando a dar este deporte.
A los nueve meses de Casarme tendría a esa persona (Chloe) que hizo que mi vida se multiplicase de amor, la que me haría padre y por la que mis días tendría una razón nueva para luchar por todo esto.
Mis entrenamientos empezarían en la Escuela M3, junto a Mariano Amat y Jorge Martínez. Unos años más tarde, seguiría mi aprendizaje de la mano de Severino Iezzi.
Y por último llegaría la persona que hoy en día hace que mi sueño cada día esté más cerca. Manu Martín, una persona que decidió apostar por mi y entrenarme cuando yo tenía 24 años, para mí no solo es un entrenador, le considero un amigo que hace todo lo que este en su mano para que yo cada día este más cerca de ese sueño.
En el 2021 nacería esa otra persona que nos cambiaría la vida y la pondría un poco más patas arriba, Oliver, ese terremoto que arrasa por donde pasa.
En el 2022 tome la decisión de dejar mi trabajo de profesor de Padel y luchar al 100% por este sueño.
Este año que empecé siendo el número 154 del mundo, y fijandome un objetivo, que a final de año estuviese en el top 100, y puedo decir que, a casi finales de este 2022 me encuentro el 76 del mundo, y por supuesto que bajando.